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Como saber
¿cuándo es la voluntad de Dios?
Dios siempre quiere lo ¡MEJOR
PARA NOSOTROS!
Y sus planes son
perfectos.
Y con cada persona Dios
tiene un plan específico y diferente del otro.
Tenemos que descubrir cuál
es El plan de Dios para con nosotros pero eso no lo haremos de la noche a la
mañana, es atraves del ejercicio de la obediencia.
Pero nosotros échanos a
perder sus planes con nuestras malas acciones, las decisiones que tomamos en
ocasiones van en contravía de los consejos que Dios nos da, y allí es cuando
las cosas salen mal.
Significado
De La Palabra
“VOLUNTAD”
La palabra voluntad es originaria del latín “voluntas” la cual está conformada por el verbo volos
o velle que significa (querer o desear).
PASOS QUE DEBO SEGUIR
PARA CONOCER EL DESEO O VOLUNTAD DE DIOS PARA MI VIDA
1.
Orar y ayunar
Es importante dar a
conocer a Dios nuestros planes y proyectos,
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Fil 4 6
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Fil 4 6
Debes saber
que Dios tiene muchas formas de hacernos saber su voluntad, unas de ellas es su
palabra, pero uno de los defectos de los cristianos modernos es que poco
meditan en la palabra de Dios, pero en ella encontraremos todas las respuestas
de la problemática de la vida, en ese caso podemos buscar el consejo de un
maestro bíblico, como nuestro pastor o una persona respetable dentro de nuestra
iglesia.
La palabra es luz nuestro camino sal 119:
105
Cuando meditemos e la palabra, la
guardemos y pongamos por obra, entonces tendremos éxito en todo lo que
emprendamos. Josué 1 8
2.
El consejo de tu guía espiritual
Siempre habrá que
tenerlo en cuenta porque a ellos Dios les ha dado una capacidad especial de discernimiento,
y además por su trabajo conocen muchas personas y situaciones, e decir que
tiene mucha experiencia y podrán darte un muy buen consejo.
3.
Discernir entre lo
correcto y lo incorrecto
Todo me es lícito pero no todo conviene.
Los pasos anteriores
nos llevan a hacer un juicio entre lo correcto e incorrecto, entre lo bueno y
malo, entre lo que se debe hacer y no se debe hacer, nos aclararan la mente
para saber que decisiones tomar, cundo hayas hecho lo anterior que es orar y la
palabra además del consejo de tu pastor, habrás experimentado una percepción más
amplia de las cosas y tendrás más claridad de lo que debes hacer.
4.
El consejo de los seres
queridos
Ellos todo lo que te
digan, lo dirán porque desean lo mejor para nosotros y sobre todo porque nos
aman.
Dios siempre quiere lo ¡MEJOR
PARA NOSOTROS!
Y sus planes son
perfectos.
Porque yo sé los pensamientos que tengo
acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros
el fin que esperáis. Jeremías
29:11
Pero nosotros échanos a
perder sus planes con nuestras malas acciones, las decisiones que tomamos en
ocasiones van en contravía de los consejos que Dios nos da, y allí es cuando
las cosas salen mal.
Las decisiones que debemos
tomar son aquella que procuran la obediencia a Dios, que en lugar de alejarnos
y hacernos perder tiempo en otras cosas, nos acerque más a Él, a su palabra, a
la iglesia.
1 Tesalonicenses 4: 3
Pues La voluntad de
Dios es vuestra santificación; Que os apartéis de fornicación;
Es decir que lo que Dios desea para
nosotros es que cada día seamos mejores cristianos, que ejercitemos la obediencia
a Dios, día tras días en las cosas pequeñas, que practiquemos su palabra, y en
un momento dado tendremos que tomar grandes decisiones pero como hemos
practicado la obediencia a Dios sabremos qué decisión tomar sabremos cuál es su
voluntad.
La voluntad de Dios se cumple en las
personas que le obedecen que tienen ejercitados los sentidos en la práctica del
bien dejando de lado el mal.
Es importante renovar nuestra mente en
Dios.
No os conforméis a este siglo,
sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12
2
2 de
Corintios 10: 5-6 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el
conocimiento de Dios, y llevando cautivo
todo pensamiento a la obediencia a Cristo,
y estando prontos para
castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.
Voy a terminar este comentario con una anécdota…
La Roca
Un hombre dormía en su cabaña, cuando de
repente una luz iluminó la habitación y apareció Dios. El Señor le dijo que
tenía un trabajo para él, y le enseñó una gran roca frente a la cabaña. Le
explicó que debía empujar la piedra con todas sus fuerzas.
El hombre hizo lo que el Señor le pidió, día tras día. Por muchos años, desde que salía el sol hasta el ocaso, el hombre empujaba la fría piedra con todas sus fuerzas... y esta no se movía. Todas las noches el hombre regresaba a su cabaña muy cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano.
Satanás decidió entrar en el juego trayendo pensamientos a la mente del hombre: "Has estado empujando esa roca por mucho tiempo, y no se ha movido".
Le dijo que la tarea que le había sido encomendada era imposible de realizar y que él era un fracaso. Estos pensamientos incrementaron su sentimiento de frustración y desilusión.
Satanás le dijo: "¿Por qué esforzarte todo el día en esta tarea imposible? Solo haz un mínimo esfuerzo y será suficiente".
El hombre pensó en poner en práctica esto, pero antes decidió elevar una oración al Señor y confesarle sus sentimientos: "Señor, he trabajado duro por mucho tiempo a tu servicio. He empleado toda mi fuerza para conseguir lo que me pediste, pero aún así, no he podido mover la roca ni un milímetro.
¿Qué pasa? ¿Por qué he fracasado? "
El Señor le respondió con compasión: "Querido hijo, cuando te pedí que me sirvieras y tú aceptaste, te dije que tu tarea era empujar la roca con todas tus fuerzas, y lo has hecho. Nunca dije que esperaba que la movieras. Tu tarea era empujar.
Ahora vienes a mí sin fuerzas a decirme que has fracasado, pero ¿en realidad fracasaste? Mírate ahora, tus brazos están fuertes y musculosos, tu espalda fuerte y bronceada, tus manos callosas por la constante presión, tus piernas se han vuelto duras.
A pesar de la adversidad, has crecido mucho y tus habilidades ahora son mayores que las que tuviste alguna vez. Cierto, no has movido la roca, pero tu misión era ser obediente y empujar para ejercitar tu fe en mi. Eso lo has conseguido. Ahora, querido hijo, yo moveré la roca".
Algunas veces, cuando escuchamos la palabra del Señor, tratamos de utilizar nuestro intelecto para descifrar su voluntad, cuando en realidad Dios solo nos pide obediencia y fe en Él. Debemos ejercitar nuestra fe, que mueve montañas, pero conscientes que es Dios quien al final logra moverlas.
El hombre hizo lo que el Señor le pidió, día tras día. Por muchos años, desde que salía el sol hasta el ocaso, el hombre empujaba la fría piedra con todas sus fuerzas... y esta no se movía. Todas las noches el hombre regresaba a su cabaña muy cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano.
Satanás decidió entrar en el juego trayendo pensamientos a la mente del hombre: "Has estado empujando esa roca por mucho tiempo, y no se ha movido".
Le dijo que la tarea que le había sido encomendada era imposible de realizar y que él era un fracaso. Estos pensamientos incrementaron su sentimiento de frustración y desilusión.
Satanás le dijo: "¿Por qué esforzarte todo el día en esta tarea imposible? Solo haz un mínimo esfuerzo y será suficiente".
El hombre pensó en poner en práctica esto, pero antes decidió elevar una oración al Señor y confesarle sus sentimientos: "Señor, he trabajado duro por mucho tiempo a tu servicio. He empleado toda mi fuerza para conseguir lo que me pediste, pero aún así, no he podido mover la roca ni un milímetro.
¿Qué pasa? ¿Por qué he fracasado? "
El Señor le respondió con compasión: "Querido hijo, cuando te pedí que me sirvieras y tú aceptaste, te dije que tu tarea era empujar la roca con todas tus fuerzas, y lo has hecho. Nunca dije que esperaba que la movieras. Tu tarea era empujar.
Ahora vienes a mí sin fuerzas a decirme que has fracasado, pero ¿en realidad fracasaste? Mírate ahora, tus brazos están fuertes y musculosos, tu espalda fuerte y bronceada, tus manos callosas por la constante presión, tus piernas se han vuelto duras.
A pesar de la adversidad, has crecido mucho y tus habilidades ahora son mayores que las que tuviste alguna vez. Cierto, no has movido la roca, pero tu misión era ser obediente y empujar para ejercitar tu fe en mi. Eso lo has conseguido. Ahora, querido hijo, yo moveré la roca".
Algunas veces, cuando escuchamos la palabra del Señor, tratamos de utilizar nuestro intelecto para descifrar su voluntad, cuando en realidad Dios solo nos pide obediencia y fe en Él. Debemos ejercitar nuestra fe, que mueve montañas, pero conscientes que es Dios quien al final logra moverlas.
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